La industria de la madera, en especial las carpinterías, transita una coyuntura de grandes dificultades para contratar mano de obra que responda al nuevo perfil de la producción. La afirmación podría ser un tópico del diagnóstico de la realidad en nuestro país, pero se trata de un fenómeno global.

 

Un nuevo estudio de la industria de la madera de Estados Unidos y Canadá realizado por Woodworking Network y Woodwork Career Alliance of North America revela cuáles los desafíos que se le presentan a la industria de la carpintería, entre los que se destaca la escasez de trabajadores para producción en serie, con una demanda no cubierta que aumenta a un ritmo alarmante y sin un final claro a la vista. 

 

Casi las tres cuartas partes (73,8%) de las carpinterías que participaron en la investigación indicaron que es "muy difícil" contratar trabajadores calificados para sus operaciones de fabricación. Lo que es aún más desconcertante para las empresas es que ha sido "mucho más difícil" contratar durante 2021 que hace tres años: el 58% se manifestó en esa dirección. Pensando en el futuro, casi un tercio (32,1 %) dijo que espera que sea "muy difícil" contratar durante el próximo trienio, y una proporción similar (34 %) indicó que espera que la contratación sea “algo desafiante”.

 

 

Escenario pospandemia

 

La necesidad de contratar trabajadores calificados se hace aún más necesaria debido a las altas tasas de rotación en las plantas de producción, resalta el estudio sobre las carpinterías en Norteamérica. “Durante 2020, el 39,3 % de los encuestados dijo que sus operaciones perdieron al menos una cuarta parte de su fuerza laboral de producción, incluido el 4,7 % que experimentó una tasa de rotación de más del 75 %. Por el contrario, el 19,6% dijo que no perdió ningún trabajador en 2020”, precisa el reporte.

 

Cuando se les pidió a las carpinterías que eligieran de una lista el "obstáculo más grande para contratar nuevos talentos", el 29,9 % seleccionó "salarios básicos bajos en comparación con otros oficios calificados", seguido de cerca (28 %) por "un número decreciente de programas de carpintería en la escuela secundaria". Otras respuestas fueron “falta de visibilidad/comprensión de las oportunidades profesionales en carpintería” (16,8 %) y “bajo desempleo en su área” (6,5 %). Menos del 1% eligió "imagen pública negativa de la industria de la madera".

 

 

Nuevo perfil de la mano de obra

 

La encuesta pidió que se identificaran los tipos de conjuntos de habilidades que las carpinterías buscan en las nuevas contrataciones. En un cuadro de posibles múltiples respuestas quedó al tope de habilidades requeridas que los candidatos contaran con "algo de experiencia para configurar y operar equipos tradicionales de carpintería (sierra de mesa, ensambladora, etc.)": 70,8%. Los operadores CNC y los responsables de la terminación de producto tienen la misma demanda (39,6 %), seguidos por los usuarios de CAD-CAM (30,2 %). Aún sigue siendo alto el pedido de trabajo para puestos en los que no se requiere experiencia previa en carpintería (42,5%).

 

 

Necesidad de programas de formación

 

Si bien la gran mayoría lamenta no poder encontrar trabajadores calificados para producción, el 40,4 % de ellos admiten que sus empresas no cuentan con ningún programa formal de capacitación en carpintería. El método más común utilizado para capacitar a los empleados es alguna forma de tutoría individual en el mismo lugar de trabajo. La gran mayoría (86,9%) dijo que entrena a sus empleados. Como lo expresó sucintamente uno de los encuestados: “Nos hundiríamos sin esto”.

 

 

La digitalización es el futuro del mueble

 

Por su parte, el presidente del Comité Organizador de la Feria Internacional de Maquinaria y Herramientas para el Mueble, Carpintería y Decoración (FIMMA) Santiago Riera,  indicó en una entrevista con el portal Madera Sostenible, que "siempre necesitaremos profesionales del oficio, que sepan cómo se construye y se arma un mueble. No sólo informáticos que sepan programar. Pero, evidentemente, vender al cliente final con un render, diseñar y programar la producción desde una oficina técnica y controlar en planta líneas y máquinas automáticas atrae más a los jóvenes que el viejo banco de carpintero". 

 

Para el industrial español "el carpintero del futuro ha de ser más tecnológico. Por descontado. Las máquinas, programas, herrajes y sistemas de unión de las piezas ayudan, pero una persona debe diseñar el mueble, con buen gusto y también con conocimiento. La velocidad y precisión de la maquinaria ha ayudado al sector a ser más competitivo, a exportar, a crecer; pero hacen falta jóvenes que arropen nuestra industria y la hagan más moderna y digital".

 

Riera también comentó que la renovación del parque de maquinarias deberá orientarse a mejorar especialmente la flexibilidad y productividad. "Ahora las máquinas se hacen viejas en diez años. Igual que los coches, las máquinas ya no son para toda la vida. El software que las gobierna condiciona absolutamente sus posibilidades y limitaciones. Sobre todo la velocidad de ejecución del trabajo. El mundo de hoy exige actualizar permanentemente las fábricas y los talleres, invertir en la digitalización y modernización de las instalaciones".

 

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Fotos gentileza Woodworking Network

 

 

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