Luego de alcanzar picos de ventas durante el año 2020 y pasar a un desplome abrupto en la última parte de 2021, la industria del mueble comenzó el año con signos de recuperación en el nivel de actividad comercial, aunque lejos del promedio histórico sectorial. Este cambio de tendencia permite un moderado optimismo en cuanto a las ventas en el mercado interno, sin perder de vista que el contexto económico general del país será un factor determinante en el grado que alcance la recuperación.

 

Este panorama coyuntural se desprende del último informe “Índice Interés del Mueble Argentino Online - IIMAO” elaborado por la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA), que releva la tendencia de compras del mercado para los diferentes segmentos del mueble de producción nacional y anticipa el desempeño de la industria en los próximos meses. 

 

En enero, los datos relevados por el IIMAO muestran un crecimiento del 17% respecto al registro de diciembre 2021, pero partiendo de un índice que se encontraba en los menores valores históricos, incluso por debajo de los valores mínimos prepandemia (marzo 2020). En términos interanuales, el indicador señala una caída del 28% del interés online por el mueble argentino en comparación con enero del año 2021.

 

En diálogo con ASORA Revista, el director Ejecutivo de FAIMA Fernando Couto, coordinador del estudio, comentó estos resultados señalando que “la serie histórica del IIMAO muestra que el valor del índice de interés de compra se sitúa en 68 puntos. Mirando los picos, vemos que en 2020 se produce el más marcado, resultado de la pandemia, porque la gente se quedó en sus casas y surgió la necesidad de mejorar el hábitat e, incluso, de adaptar los ambientes para la novedad del home office. Pero al mirar el año 2021, el promedio anual está muy bajo, con una caída muy marcada al final del año”.

 

 

Signos de retome

 

La producción industrial de muebles y colchones que releva mensualmente el INDEC marcó en diciembre 2021 un nivel interanual similar a diciembre 2020 y una recuperación del 2% respecto a noviembre 2021. Estas cifras empujan en la misma dirección que el IIMAO y alientan las previsiones positivas de un retome de las ventas. “En 2022 deberíamos recuperar ventas y llegar al promedio histórico”, comentó el Director Ejecutivo de FAIMA. 

 

Pero los fabricantes nacionales tienen frente a sí varios nudos que desatar. Por un lado, la baja pronunciada de 2021 pone nuevamente en primer plano que la compra de muebles sigue siendo una opción de compra secundaria frente a otros consumos, principalmente los de necesidad inmediata (alimentos, vestimenta, arreglos domésticos o de auto, etc.). Couto añadió “que hubo una pérdida del poder adquisitivo. El público cada vez metió más cosas en el Ahora 12 y se acentuó el consumo en cuotas de ropa, útiles escolares, etc., lo que terminó relegando consumos como el mueble. Además, las tarjetas de crédito no acomodaron sus límites, que quedaron relegados frente a la inflación. Este contexto dificultó el acceso a muebles. Está claro que se precisan planes de financiamiento más agresivos en cuanto a cuotas. Es un tema del Gobierno, pero la industria también debe aportar estableciendo un patrón para que el mueble sea algo deseado de consumir. Ahí hay un desafío”.

 

En eso viene trabajando FAIMA con el relanzamiento del Instituto del Mueble Argentino (IMA), orientado a generar valor agregado en el mueble nacional para hacer crecer el mercado. “El trabajo de FAIMA y de la industria del mueble -dijo Couto- es establecer el concepto del mueble argentino como algo que se desee adquirir. Por ejemplo, en el exterior, la gente cuando se muda compra nuevos muebles, no se lleva lo que tiene. Aquí no existe ese patrón de consumo, que sí está para el auto o la vestimenta. No se instaló la moda asociada a los muebles de hogar”.

 

La experiencia que dejan estos dos años de pandemia es que no debiera ser un elemento externo o aleatorio el que ponga al mueble dentro del patrón de consumo. “El aprendizaje viene por el canal comercial y la necesidad de establecer una línea de consumo del mueble argentino, que sea identificable, reconocible. Nadie discute la importancia de la financiación para el consumo: pero también debemos lograr que la gente quiera consumir muebles”, enfatizó el Director Ejecutivo de FAIMA.

 

 

Señales para atender

 

En la pandemia también quedó claro que el canal comercial digital ganó mucho espacio, dando un salto cuantitativo y cualitativo formidable que incluyó al mueble, un sector históricamente refractario a realizar cambios de fondo en las formas de comercialización. El uso de diferentes plataformas (marketplaces y propias), junto a una mayor presencia en canales de comunicación digitales, como las redes sociales, quedó como uno de los activos adquiridos por el sector en los dos últimos años.

 

La industria del mueble nacional necesita caminar en esta dirección. Couto puso como ejemplo lo que sucede en el canal líder del e-commerce en nuestro país: Mercadolibre. “No entrega muebles ni gratis ni en un plazo específico. La logística del mueble en el ecommerce es un desafío para atacar ya mismo”, indicó.

 

FAIMA y el INTI están desarrollando un manual de logística, entendiendo que el canal digital es el futuro inmediato del comercio de muebles. En esta línea, el sector tiene que avanzar en un mercado de generación de stocks que haga que los consumidores no duden en hacer una compra porque el plazo de entrega es de 20 días. “Hay una reconversión que la industria está haciendo hacia lo digital, que se observa en la incorporación de personal para atender la demanda del canal comercial digital. Esto requiere adecuarse a una atención inmediata para ver reflejadas las ventas por este canal. Es lo que se viene y el sector está apostando fuertemente en esto”, comentó Couto.

 

Para mantenerse competitivas, las empresas deberán prestar especial atención a los plazos de entrega. Esto las pone frente a dos grandes modelos de negocios: el que prioriza la entrega rápida y la llegada directa al consumidor (modelo Ikea) y el basado en el modelo retailer. No hay una tendencia definida en la industria nacional.

 

El horizonte inmediato pospandemia propone otro tema no resuelto para la industria local: el perfil exportador. Para el Director Ejecutivo de FAIMA “la exportación es un desafío mayúsculo que se va allanar en tanto y en cuanto avancemos en la identidad del diseño argentino que nos haga conocidos en el mundo y nos ayude a encontrar un modelo comercial para saber quiénes son nuestros compradores. Misiones comerciales y participaciones en ferias son acciones que ayudarán a determinar dónde están nuestros posibles mercados. Pero es fundamental tener una identidad y un mensaje claro para que el mundo sepa qué muebles fabrica Argentina”.

 

Hacia adelante, está claro que la comercialización de muebles seguirá dependiendo -en buena parte- del ciclo económico, la reactivación de la economía y la generación del empleo que recupere el poder adquisitivo de las familias. Pero hay acciones que el sector debiera encarar y sostener “como la continuidad en la mejora de diseño de productos, la organización interna de las empresas y retomar la participación en ferias comerciales, temas en los que la industria del mueble está trabajando para estar bien parada frente a lo que venga en el ciclo pospandemia”, concluyó Couto.

  

 

Por Alberto Pelagallo

 

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