Los 18 meses de caídas consecutivas del índice de actividad industrial, sin exclusión de sectores, y donde las más afectadas son las ramas orientadas al mercado interno, eminentemente PyMEs, motivaron a que la apertura del 141° Congreso Maderero de FAIMA se iniciara con una firme postura del presidente de la Federación de la Industria Maderera y Afines, Pedro Reyna, en reclamar por una política industrial integral y estratégica “como lo han hecho todos los países desarrollados y aquellos que seriamente pretenden serlo”.

Ante la crisis del sector, Reyna remarcó la necesidad de contar con líneas de crédito a tasas diferenciadas, de que se fortalezcan los pilares del consumo y que es imprescindible que se genere una moratoria integral. Asimismo, expresó la necesidad de que continúe la Mesa Sectorial de Competitividad Foresto Industrial que generó importantes avances en la micro del sector.

Bajo el lema “La industria, pieza fundamental del diálogo social”, los días 6 y 7 de diciembre pasado la entidad junto a empresarios y representantes de sus 28 Cámaras asociadas de todo el país plantearon y discutieron las alternativas sectoriales para 2020 y el futuro; las claves de acción para abordar competitividad; y el enfoque del nuevo gobierno respecto del rol de la industria en el diálogo social y el camino al desarrollo. El programa también incluyó un trabajo que tiende a mejorar la competitividad de la cadena de valor poniendo foco en la internacionalización; y presentó los resultados de gestión de la Federación durante 2019.

El panel inicial estuvo a cargo de Miguel Acevedo, Presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA); Nicolás Laharrague, Director Nacional de Desarrollo Foresto Industrial y Pedro Reyna, Presidente de FAIMA.

En su discurso, Reyna destacó que “se necesita con urgencia restituir el crédito en la Argentina. Comprendemos que la tasa de interés tardará en bajar en función de las restricciones de mercado, pero debemos contar con líneas de crédito a tasas diferenciadas que nos permitan poner en marcha la rueda del capital de trabajo y estar listos para invertir cuando la recuperación comience y de paso al verdadero crecimiento. También se necesita con urgencia fortalecer los pilares del consumo, lubricante fundamental de las actividades de nuestro sector. Y necesitamos ordenarnos para avanzar; poder cumplir con nuestras obligaciones para seguir operando con el oxígeno necesario. En este sentido, la discusión legislativa de una moratoria integral es imprescindible y debería tratarse en sesiones extraordinarias en el Congreso”.

Asimismo – dijo – “solicitamos al nuevo Gobierno la continuidad de la Mesa Sectorial de Competitividad Foresto Industrial como espacio de encuentro y trabajo, ya que allí se han logrado muchos avances en la micro de nuestro sector”.

El directivo afirmó que desde el año 2011 todos los países desarrollados y aquellos que seriamente pretenden serlo han desplegado políticas industriales estratégicas e integrales; mentadas en las fortalezas y las capacidades de estructuras productivas diferentes, pero con un hilo común: “hoy hacer política industrial es apostar a la generación de conocimiento aplicada la agregación de valor. Es la investigación y el desarrollo para producir valor, para captar renta, ganar mercados y dar soluciones a la vida en las sociedades actuales lo que prima. Una política industrial para un siglo XXI que avanza mientras busca su propia identidad en la historia”, concluyó Reyna.

Por su parte, el titular de la UIA, Miguel Acevedo, señaló que le gustaría hablar de lo que viene. “Estamos a pocos días de un nuevo gobierno. Ahora tenemos una oportunidad. No debemos volver a cometer los mismos errores que se han cometido en Argentina una y otra vez. Cada una de las oportunidades desperdiciadas significa que el país se va quedando”.

Acevedo se manifestó partidario a buscar consensos y aclaró que ojalá que este gobierno pueda buscar acuerdos. “Tenemos que trabajar todos juntos, así es como vamos a poder salir, con un acuerdo macro. Somos sobrevivientes en este país. Tenemos que tener previsibilidad. Para invertir nos tienen que dar previsibilidad, abrir a los bancos a que nos presten, y no cerrarnos los mercados externos”, enfatizó.

Nicolás Laharrague, director Nacional de Desarrollo Foresto Industrial sostuvo que “quedó demostrada la importancia que tiene la foresto industria a nivel país y la tenemos que seguir impulsando todos sea cual sea el lugar donde nos encontremos cada uno”. Además realizó un balance de su gestión de dos años al frente de la Dirección y destacó los avances que se realizaron con el trabajo de la Mesa de Competitividad Foresto Industrial.

En una apretada síntesis citó como logros importantes la renovación por otro periodo de diez años de la Ley de Promoción de Bosques Cultivados; volver a realizar las reuniones de la Comisión de Seguimiento de la Ley 25080; la posibilidad de bajar costos de transporte con la circulación hoy de 72 bitrenes; la reactivación de puertos; los avances que se realizaron en materia de legislación para construcción con madera; y el empleo de biomasa forestal para la generación de energía.


Relevamiento del Observatorio FAIMA de la Industria de la Madera y el Mueble durante 2019

Según el estudio, la producción del bloque de madera y muebles se contrajo 10,7% en los primeros diez meses de 2019. La industria del mueble es el segmento más afectado, mostrando una baja del 16,8% en su nivel de producción, mientras que la producción de madera cayó 1,7%. La caída del consumo es el principal factor que explica esta dinámica.

Para ver niveles de tanta caída hay que remontarse a la crisis del 2002. Todos los sectores industriales cayeron sin excepción”, afirmó Leandro Mora Alfonsín, Director Ejecutivo de FAIMA. Y agregó que “hay tres claves para que esto suceda: la caída del consumo; el freno de la construcción y de la obra pública; y la desaceleracíon de Brasil”.

El informe marca que el bloque presenta una dinámica heterogénea hacia adentro. Mientras que las principales urgencias se observan en el rubro muebles y en el segmento de aserraderos pequeños. Los grandes jugadores del sector amortiguan el ciclo en base a oportunidades de exportación abiertas para la actividad primaria y primeros eslabones de la cadena de valor. Crecen principalmente exportaciones de madera aserrada y tableros de partículas.

Respecto a las ventas, se indica que la caída en el mercado local y la caída de la construcción sumado a los aumentos de costos asociados a tasas de interés en niveles récord y algunos insumos dolarizados, condiciona la rentabilidad del sector y explican la dinámica contractiva.

En este punto, según datos preliminares de la encuesta anual del Observatorio FAIMA, el 70% de las empresas tuvieron caídas en su producción en 2019 y el 68% mostraron caída en sus ventas.

Al analizar la encuesta realizada a 210 empresas del sector, el dato más impactante es el referente al empleo. El 35% de las empresas manifestaron que redujeron su dotación de personal en 2019. Es el segundo año consecutivo que se muestra una magnitud semejante, lo que implica un deterioro de las capacidades productivas del sector.

Normalmente este número nunca superaba en promedio entre el 13% y el 17%, el año pasado llegó al 33,5%, y este año está en el 35,6%. Estamos hablando que más de un tercio de las empresas por segundo año consecutivo achicó su plantel de personal, y esto es lo que más nos preocupa porque ya no se está hablando de una cuestión estacional, se están perdiendo capacidades productivas. El que despidió un carpintero le va a costar mucho conseguirlo cuando la economía rebote y empiece a recuperarse. Ahí se va a tener que trabajar mucho en redoblar los esfuerzos en capacitación”, amplía Mora Alfonsín.

No obstante – continúa el informe – “las expectativas de cara a 2020 muestran un incipiente sesgo positivo que da cuenta de la sensación entre las empresas del sector que la crisis va encontrando un piso tras haber caído dramáticamente”. Puntualizando que sólo el 21% de las empresas espera que siga cayendo la producción y el 16% piensa lo mismo respecto de las ventas. “Sin embargo prima la cautela de cara a 2020”.

En materia de comercio exterior según el Observatorio, la corrección cambiaria puso un freno al vertiginoso ritmo de crecimiento de las importaciones. Por su parte, las exportaciones muestran impulso mayormente en productos vinculados a los primeros eslabones de la cadena de valor, al tiempo que reflejan caídas del 5% en los segmentos más elaborados de muebles, asientos y colchones.

El 70% de las empresas encuestadas declaró que tuvo caídas en la producción. El 20% cayó entre el 1% y el 10%, y la mitad de las empresas tuvieron caídas superiores al 10%. Se mantuvieron estables alrededor del 20%. Estos números eran aún peores el año pasado ya que el 75% de las empresas mostraba caídas, y las que se habían mantenido estables eran mucho más pequeñas. Este año empezó a reducirse la cantidad de los que caen más del 10% y aumentan los que caen entre el 1% y el 10%. Es decir, todos están cayendo, pero hay un incipiente cambio en la composición. Y en ese sentido, se empieza a reflejar en un pequeño sesgo positivo en las empresas. A diferencia del año pasado, donde casi la mitad de los empresarios esperaba que la situación siga empeorando, ahora bajó al 21%. El 54% cree que la situación se mantendrá estable, y un 25% cree que la producción va a aumentar. Esto en parte tiene que ver con que ya se está tocando un piso, por lo que en algún momento va a tener que producirse más y eso influye en las expectativas”, explica Mora Alfonsín.


Por Roberto Luis Minoli



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