INTERIORES Y FACHADAS
INTERIORES Y FACHADAS

Caminar por la calle Güemes, el principal centro comercial de Mar del Plata, es descubrir a cada paso el mayor uso que se le está dando a la madera en la decoración y construcción en el país, sobre todo tratándose de una ciudad donde durante mucho tiempo le tuvo reservado a la piedra el lugar protagónico.

 

Primeras marcas de consumo masivo como Nike, Sweet; Pengüin, Genoa; Ona Sanz, Arredo. Las cadenas de confiterías más tradicionales como La Fonte D Oro y la Boston. Hoteles boutique como el Sainte Jeanne y el Dodo, por nombrar solamente algunos, lucen madera, no solo en el diseño de interiores, sino también en modernas fachadas en las que lo folk deja lugar a planteos estéticos innovadores donde la madera reina.

¿Moda?, ¿tendencia?, ¿revival?, o simplemente volver a los materiales nobles, auténticos, con espíritu y además, sustentables.

La madera fue el material al cual recurrieron las primeras civilizaciones de nuestro planeta para conformar su hábitat. Hoy su uso se extiende e intensifica en tipologías arquitectónicas que van desde vivienda a comercios, museos, etc, llegando hasta edificios de varios pisos con el uso de la misma aún como estructura portante.

El menor consumo de energía utilizado en los procesos constructivos donde se la aplica, menos tiempo de ejecución de obra, y la gran calidez decorativa, favorecen este intenso revival. Y Mar del Plata no está excepta, a pesar que tradicionalmente la piedra tenía un uso más intensivo y la madera, salvo en aplicaciones muy específicas no era utilizada en exteriores.

En ese aspecto, hoy se observa un cambio de tendencia. Incluso - como se aprecia en las fotos - hay muchos frentes de los locales de Güemes, donde en realidad la madera está aplicada como si fuera un deck con la junta abierta lo que permite mayor duración, ya que la madera está mucho más aireada. Esta característica especial de colocación marca una diferencia notable respecto a como se la utilizaba años atrás.

Otra diferencia importante radica en la aparición de nuevas gamas de lacas y barnices. Porque si bien los climas salinos de ciudades costeras atentan contra el mantenimiento de este noble material, el desarrollo tecnológico alcanzado por la industria ahora permite la aplicación de recubrimientos, que aparte de ser libres de tolueno, tienen cada vez mayor acción protectora logrando acabados naturales.

Las nuevas tendencias están marcando cada vez con mayor fuerza, la presencia de un consumidor mucho más preocupado por el medioambiente, que trata de averiguar cuál es la especie de madera utilizada para el producto y se interesa para que ésta conserve sus rasgos característicos.

En esa línea, la veta ha pasado a ser un valor a preservar por arquitectos, diseñadores, fabricantes o artesanos que quieran tener éxito. Y en la actualidad existen lacas y barnices que actúan y protegen sin cambiar o intensificar el color, textura y brillo natural de la madera. Esto también puede observarse en las fotos que ilustran esta nota, principalmente en la de los frentes que eligieron la aplicación de tinta de color conservando perfectamente no solo la veta propia de la especie, sino también los defectos como nudos, que en este caso aportan una gran dosis de naturalidad.

Algo similar ocurre con el mobiliario exterior que bares y confiterías arman a la intemperie bajo sombrillas, a la manera de las reconocidas terrazas de las ciudades europeas, algo que hasta no hace mucho tiempo solo estaba reservado para materiales como lonas, plásticos y metal.

Todas estas posibilidades tecnológicas han generado nuevos nichos de mercado para especies que antes eran consideradas de bajo valor como por ejemplo el pino y el álamo. Pero como ahora todo es más plástico, el diseñador se puede dar el lujo de usar una madera que no sea tan buena, pero que por la plasticidad del material que se aplica o por la forma de trabajarlo, hace que luzca con un toque distinguido.

Un buen ejemplo de esto es la propuesta que presenté en Casa FOA 2014 (premio medalla de plata a la arquitectura y diseño de interiores), integrando dos proyectos: un gran patio-solarium que se ofrecía como punto de encuentro y descanso para los visitantes, y que se fundía con el bar / cafetería de la muestra en una continuidad arquitectónica de madera de pino apenas teñida de blanco y melaminas texturadas.

Busqué hacer algo que no fuera convencional, que planteara una situación diferente, que tuviera arte a pesar de partir de una madera blanda para usar en exteriores como la de pino. Para compensar eso apliqué un nuevo producto libre de tolueno, que no brilla y que en lugar de tapar la veta totalmente, la realza, permite que se siga destacando. Antes este efecto hubiera sido imposible de lograr.

Esta evolución técnica de los recubrimientos para exteriores también se da en los de interiores. El mercado ya ofrece hidrolacas más resistentes y naturales. Incluso para casos muy especiales - un piso de roble de Eslavonia -, he aplicado una laca suiza con la que se logra un acabado increible. Es doble componente, al agua y seca en muy poco tiempo. En Europa su uso está muy difundido y en nuestro país ya hay fabricantes que están tratando de producirla.

También resulta interesante detenerse en las fotos de esta nota donde se muestran fachadas de madera trabajadas en forma distinta a como se lo hacía tradicionalmente. Antes, cuando se usaba para exterior, se la aplicaba tipo machimbre, a la forma inglesa o muy folk. Era la típica madera tallada donde se notaba la mano del colocador. En cambio las fotos nos muestran frentes planos con madera colocadas tipo deck; otros formando paños; y en varios casos se usa fenólico. Esto último también es una novedad, ya que se trata de un material bastante resistente para exteriores y que hasta hace poco tiempo no se utilizaba como revestimiento.

 

Hay un cambio en la forma de concebir a la madera

 

En nuestro país, durante mucho tiempo el uso de la madera fue menospreciado y relegado a la representación de una estética cargada de significado folk, tanto en comercios como en vivienda. Hoy comienza a notarse una corriente de opinión que implica un cambio de 180º respecto al agregado de valor que puede aportar la madera a una obra. Y esto se comprueba en forma más notoria en los estamentos más altos de la sociedad.

Los museos más “avant garde” del mundo la prefieren, tanto en interiores como exteriores, pisos y cielorrasos, mobiliario y terminaciones diversas. Citemos por caso, al edificio de la Fundación Louis Vuitton, inaugurado en octubre del año pasado en el entorno del Bois de Boulogne de París, en el cual Frank Gehry (su autor) se inspiró en las velas de un barco desplegando formas curvas cóncavas y convexas - una característica de su estilo - eligiendo vigas de madera laminadas y en algunos casos de doble curvatura para soportar la estructura central de los invernaderos de cristal y acero.

También el Museo de Arte de Aspen (Colorado, EE.UU.), una de las últimas obras del arquitecto japonés Shigeru Ban - premio Pritker de la Arquitectura 2014 - donde la original estructura de madera del techo consiste en una malla de dos familias de vigas trianguladas cruzadas y unidas sin herrajes. Una pantalla de madera cierra el edificio en las dos fachadas principales, creando el sello de identidad que muestra la estructura y los espacios que se encuentran detrás.

O el Museo Park de Alesia - en la zona de Borgoña, en el centro de Francia - inaugurado en 2012 como centro de interpretación. El edificio es un impresionante espacio contemporáneo diseñado por el arquitecto Bernard Tschumi, se compone de dos estructuras separadas pero relacionadas. La primera de cuatro pisos y forma circular está revestida por una reja de madera formada por bandas horizontales espaciadas desigualmente conectadas entre sí por postes diagonales. Una mezcla de estilos arcaico y moderno que resulta muy atractivo.


Para la madera el único límite es la imaginación


Paso a paso, en la medida que uno va adentrándose en el conocimiento de la madera, va descubriendo que por sus cualidades como material no impone límites rígidos, uno puede abordarla de diferentes formas, en distintos lugares.

Esta particularidad ha producido cambios beneficiosos, algunos atrevidos y desafiantes.

Antes, lo que era estructura... era estructura. Hoy la tecnología hace posible que esas piezas pueden tomar dimensiones y formas extrañas, y entonces, además de servir para la estructura tienen un planteo de diseño que forma parte de una estética.

Otros cambios se realacionan con el uso, con la variedad de especies, con las escuadrías, con la manera de colocarla, con la implementación de procesos de acabado que logran que maderas jóvenes luzcan como milenarias.

Y ni que hablar de sus cualidades físicas y características que favorecen la absorción del sonido, en un mundo donde el respeto al otro debe comenzar a tener protagonismo.

Es un material ideal para que arquitectos y diseñadores puedan dar rienda suelta a sus propuestas. La madera permite, no solo lograr superficies formalmente rígidas y rectas, sino que bien aplicada y recurriendo a uniones y soportes diversos, se consiguen lograr las más variadas formas y superficies de gran belleza, casi escultórica.

 

 

Por Arq. Julio Oropel

Especial para ASORA Revista

 
Asociacion de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria Maderera
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